Mi nombre es Fernando Marras, participé de unos de los proyectos de VSF, aportando una clase de dibujo y gracias a Faber-Castell, pudimos donar útiles escolares para los chicos del Barrio de emergencia Padre Mugica.
Fue una experiencia reveladora: Desde la óptica de maestro, me hizo entender aún más la importancia de cuidar como sociedad a nuestros educadores. Es un trabajo con una responsabilidad ENORME! Desde el punto de vista de la comprensión social debería ser cita obligada, para cualquier ciudadano que tuvo la posibilidad o la facilidad desde niño, de capacitarse poder brindar aunque sea una vez, en este taller o en cualquier otro, su tiempo, su conocimiento o algo que no tenga que ver necesariamente con lo material (pero si con lo valioso). En tiempos donde se habla, se opina y se repite más desde un imaginario ajeno que pulula en el aire, que desde la conciencia de una vivencia personal. Es fundamental y totalmente recomendable a mi parecer, brindarnos a estas iniciativas, para conocer y comprender otras realidades, en vez de opinarlas desde lejos.
Los nenes se crían en un contexto muy hostil, tienen vidas muy difíciles desde muy temprana edad.. Y también tienen talento y una necesidad de aprender muy pura e increíble que es como un fuego que entre todos tenemos que mantener para que ese entorno no lo termine apagando. Es nuestra deber como ciudadanos, si queremos a futuro ser una sociedad más justa! Es muy importante que se alimente este fuego, que crean en él, que lo nutran, que como adultos les hagamos ver que ese es el camino a seguir. Que crean en ellos mismos y aprendan a buscar, a indagar y a nutrirse solos. Es fundamental brindarles herramientas para comunicarse en una sociedad que los vive callando. Estos son los únicos escudos que van a tener contra la violencia, contra la depresión, contra la injusticia, contra la desigualdad, contra el maltrato, contra la indiferencia, contra el ninguneo a los que están y estarán expuestos a futuro. Estas son cosas que todos vivimos y sufrimos alguna vez, en mayor o en menor medida y que todos repudiamos internamente sin importar la clase a la que pertenezcamos. A todos nos han maltratado, ninguneado, callado, etc. alguna vez y nos dio seguramente impotencia. En este punto, nos hacemos iguales. Lamentablemente, ellos viven esas experiencias concentradas, a corta edad, a veces casi de forma corriente y posiblemente a futuro esto se intensifique. Entender esto, involucrarnos con la causa, ayudarlos a intentar cambiarlo, a hacerse fuertes, darles herramientas, pelear contra lo que como personas nos hunde, hace que el problema ya no nos sea ajeno. Y entender cuál es el problema, es el principio para encontrar su solución.
Por eso, a quien este leyendo, lo invito y le recomiendo, involucrarse y aportar lo que cada uno pueda. Vivan la experiencia. Les prometo que van a aprender mucho más de lo que puedan llegar a enseñar.
Fernando Marrass